Extracto del libro: “La aventura del hombre”Manfred Baur y Gudrun Ziegler

Supongamos que los tres mil millones de años que tiene la historia de los seres vivos en la Tierra se condensan en una película de 90 minutos.

Todo empieza con una tormenta. La luz ultravioleta y las descargas electromagnéticas producen la aparición de la primera molécula orgánica. La Tierra es un planeta caliente, en cuyo “caldo primigenio” pueden combinarse las moléculas orgánicas para formar las primeras y primitivas células. Estos seres unicelulares, alargados o esféricos, recuerdan a las bacterias actuales. A su vez se reúnen formando colonias numerosas. Así va discurriendo la película. Al principio hemos tenido que utilizar un objetivo para tomas microscópicas. Hasta después de una hora no aparecen las primeras algas y los mohos, y luego unos erizos de mar, unos gusanos anélidos, unas especies de medusas. Toda esa vida reside en el mar, aunque en zonas limítrofes con las tierras emergidas. Llevamos 73 minutos de proyección cuando surgen los primeros trilobites, unos crustáceos. Parece que la acción empieza a animarse. Cuatro minutos más y vemos los primeros peces. Un minuto, y las plantas primitivas emprenden la conquista de la tierra firme costera. Les siguen los primeros animales, artrópodos que llevan coraza para que el Sol no los reseque, porque respiran todavía por branquias que necesitan permanecer húmedas para funcionar. Casi al mismo tiempo nacen los primeros insectos, pero como todavía no tiene alas, viven confinados en los humedales. Once minutos antes del fin han evolucionado dando lugar a los primeros reptiles, los antepasados de la extensa y numerosa familia de los dinosaurios. Pero si durante el día la Tierra pertenece a estos colosos, los primeros mamíferos aprovechan las horas nocturnas para salir a buscar alimento. Son, al principio, unos humildes insectívoros. Encontramos los primeros primates dos minutos antes de que acabe la película, es decir hace 70 millones de años. Al poco se precipita sobre la Tierra un asteroide, que va a estrellarse cerca de lo que hoy es Yucatán. La polvareda envuelve toda la atmósfera y provoca una catástrofe climática mundial. Los dinosaurios se extinguen. Es la oportunidad para los mamíferos, y sobre todo para los primates. Aparecen los primeros simios y los antepasados de los monos antropomorfos. Doce segundos antes del fin se separan la línea evolutiva del chimpancé y la del hombre. Los primeros homínidos pueblan algunas regiones de África. Se les reconoce porque marchan erguidos. A continuación, todo sucede con mucha rapidez. A cuatro segundos y medio del final- hace 2´5 millones de años- unos homínidos, a los que ya podremos llamar humanos, fabrican los primeros utensilios de piedra. Vemos al hombre de Pekín sentado junto a una hoguera sólo apenas falta un segundo, hace apenas 500.000 años. Y en la veinticincoava parte del segundo final, que es el último fotograma de la película, aparece en África el Homo sapiens, se funden los hielos de la época glaciar, se crean los primeros asentamientos humanos estables, se levantan las pirámides de Giza, se decretan quemas de brujas, se inventa la imprenta y la bombilla de incandescencia, cae la bomba atómica sobre Hiroshima y comienza el viaje a la Luna.

 

Esta entrada fue publicada en Recordar procesos. Guarda el enlace permanente.